1. Sólo puedes aceptar la Expiación dentro
de ti liberando la luz interior. 2Desde la separación, las defensas
se han usado casi exclusivamente para defenderse contra la Expiación y mantener
así vigente la separación. 3Generalmente esto se manifiesta como una
necesidad de proteger el cuerpo. 4Las múltiples fantasías corporales
a las que las mentes se entregan proceden de la creencia distorsionada de que
el cuerpo puede usarse como un medio para alcanzar la "expiación" 5Percibir
el cuerpo como un templo es únicamente el primer paso en el proceso de corregir
esta distorsión, ya que sólo la altera en parte. 6Dicha percepción
del cuerpo ciertamente reconoce que la Expiación en términos físicos es imposible.
7El siguiente paso, no obstante, es darse cuenta de que un templo no
es en modo alguno una estructura. 8Su verdadera santidad reside en
el altar interior en torno al cual se erige la estructura. 9Hacer
hincapié en estructuras hermosas es señal de que se teme a la Expiación y de
que no se está dispuesto a llegar al altar en sí. 10La auténtica
belleza del templo no puede verse con los ojos físicos. 11La visión
espiritual, por otra parte, al ser una visión perfecta, no puede ver la
estructura en absoluto. 12Puede, no obstante, ver el altar con
perfecta claridad.
El Curso insiste siempre que lo Real es el contenido y la
forma es irreal y no importa. La Expiación, ése reconocimiento de que soy
Perfecto e Inocente, tal como Dios me creo es aterrorizante para el yo que creo
ser, porque lo desaparece.
2. Para que la eficacia de la Expiación sea perfecta, a
ésta le corresponde estar en el centro del altar interior, desde donde subsana
la separación y restituye la plenitud de la mente. 2Antes de la
separación la mente era invulnerable al miedo, ya que el miedo no existía. 3Tanto
la separación como el miedo son creaciones falsas que tienen que deshacerse a
fin de que se pueda restaurar el templo y abrir el altar para que reciba la
Expiación. 4Esto supone el fin de la separación, al poner dentro de
ti la única defensa eficaz contra todo pensamiento de separación, haciendo de
este modo que seas absolutamente invulnerable.
El altar de Dios
es la Expiación, la certeza que quién Soy. La idea de la separación y su miedo
consecuente son mentiras y van a desaparecer eventualmente. Sin embargo hasta
que toda la Filiación tenga la Expiación volveremos a Dios. Mientras haya una
sóla idea que siga creyendo en la separación… todos estaremos separados.
3. El que todos acepten la Expiación es sólo cuestión de
tiempo. 2Tal vez parezca que esto contradice su libre albedrío, dada
la inevitabilidad de la decisión final, pero en realidad no es así. 3Puedes
aplazar lo que tienes que hacer y eres capaz de enormes dilaciones, pero no
puedes desvincularte completamente de tu Creador, Quien fija los límites de tu
capacidad para crear falsamente. 4Una voluntad aprisionada engendra
una situación tal, que, llevada al extremo, se hace completamente intolerable. 5La
resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. 6A la
larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene
que haber un camino mejor. 7A medida que este reconocimiento se
arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada
persona. 8Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y,
al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. 9Este alternar
entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un
conflicto que puede llegar a ser muy agudo. 10Aun así, el desenlace
final es tan inevitable como Dios.
4. La visión espiritual literalmente no
puede ver el error, y busca simplemente la Expiación. 2Todas las
soluciones que los ojos del cuerpo buscan se desvanecen. 3La visión
espiritual mira hacia adentro e inmediatamente se da cuenta de que el altar ha
sido profanado y de que necesita ser reparado y protegido. 4Perfectamente
consciente de la defensa apropiada, la visión espiritual pasa por alto todas
las demás y mira más allá del error hacia la verdad. 5Debido a la
fuerza de su visión, pone a la mente a su servicio. 6Esto
re-establece el poder de la mente y hace que las demoras le resulten cada vez
más intolerables al darse cuenta de que lo único que hacen es añadir dolor
innecesario. 7Como resultado de ello, la mente se vuelve cada vez
más sensible a lo que antes habría considerado sólo pequeñas molestias.
Nunca se está enojado por la razón que se piensa, o hasta la
mas pequeña molestia encubre una irairracional. En realidad la razón por la que se está
irracionalmente furioso es por la sensación de la separación de Dios. Esa sensación de separación es aterrorizante
y sobre ella ponernos todas las demás razones. Sin embargo la única razón en el
fondo es ésa. Y su único remedio es la Verdad que es que nunca hemos sido
separados de nuestro Origen.
5. Los Hijos de Dios tienen derecho al perfecto bienestar
que resulta de tener perfecta confianza. 2Hasta que no logran esto,
se agotan a sí mismos y desperdician sus verdaderos poderes creativos en fútiles
intentos de obtener un mayor bienestar valiéndose de medios inadecuados. 3Sin
embargo, los medios reales ya les han sido provistos y no requieren esfuerzo
alguno por su parte. 4La Expiación es la única ofrenda digna de ser
ofrecida en el altar de Dios, debido al valor que el altar en sí tiene. 5Fue
creado perfecto y es absolutamente digno de recibir perfección. 6Entre
Dios y Sus creaciones existe una perfecta interdependencia. 7ÉI
depende de ellas porque las creó perfectas. 8Les dio Su paz para que
nada las pudiese alterar ni engañar. 9Siempre que tienes miedo, te
engañas a ti mismo, y tu mente no puede servir al Espíritu Santo. 10Eso
te deja hambriento, pues te niega el pan de cada día. 11Dios se
siente solo sin Sus Hijos, y Sus Hijos se sienten solos sin Él. 12Tienen
que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la separación. 13La
Expiación es la garantía de que finalmente lo lograrán.
Por ejemplo, no he pagado mi casa. Eso me
tiene sumamente angustiada. Me da vergüenza no haberla pagado, me angustia lo
que piense el casero que es un señor sumamente amable. Sé que el estado mental
de miedo en el que estoy sólo atrae mas miedo y mas proyección de éste miedo.
Es un círculo vicioso que me hace sufrir innecesariamente. Racionalmente yo sé
con certeza que si tengo la certeza (Perfecta Confianza) del Amor de Dios, mi Única
Fuente, no tengo nada que temer. Y sé que lo que proyectaré será exactamente eso.
La perfecta Confianza atrae los milagros automáticamente y no existen problemas
posibles. Ninguno. Las cuentas son
pagadas y, por lo contrario se vive en abundancia.
Cuánto mas esfuerzo haga yo por mi
parte sola, en el mundo ilusorio por remediar ésta situación, mas adentro del
laberinto voy a estar. Si me quedo tranquila (Aquiétate y Sabe que Yo Soy Dios)
y deposito mi mente en la Confianza Perfecta de que Espíritu está a cargo de
todo y yo no tengo nada qué temer. La proyección cambia inmediatamente.
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