domingo, 2 de junio de 2013

Capítulo 5 Introducción


1.         Curar es hacer feliz. 2Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar. 3Esto es lo mismo que decirte que has rehusado sanar. 4Tu luz es la luz de la dicha. 5El resplandor no está asociado con la aflicción. 6La dicha suscita que uno esté completamente dispuesto a compartirla, y fomenta el impulso natural de la mente de responder cual una sola. 7Quienes intentan curar sin ser ellos mismos completamente dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por consiguiente, privan a otros de la dicha de responder de todo corazón.

Esto es trascendente entenderlo. no podemos intentar ayudar a nadie hasta que no estemos nosotros en la Paz total. 

2. Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. 2Si el miedo y el amor no pueden coexistir, y si es imposible estar com­pletamente atemorizado y seguir viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor. 3 No existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. 4Por lo tanto, el único estado de plenitud posi­ble es el de absoluta dicha. 5Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar. 6Por eso es por lo que no importa a qué parte de la Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. 7 Todas las partes se benefician, y se benefician por igual.

3. Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice. 2Deberías que­rer bendecirles a tu vez, como muestra de agradecimiento. 3No tienes que conocerlos personalmente ni ellos a ti. 4 La luz es tan potente que irradia a través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre por irradiar Su dicha sobre ella. 5Únicamente los santos Hijos de Dios son canales dignos de Su hermosa dicha porque sólo ellos son lo suficientemente hermosos como para conservarla compartiéndola. 6Es imposible que un Hijo de Dios pueda amar a su prójimo de manera diferente de como se ama a sí mismo. 7De ahí que la plegaria del sanador sea:
8Permíteme conocer a este hermano como me conozco a mí mismo.

En el tanto conozcamos a alguien y hay juicio, implica que estamos sólo viendo el pasado. Y por lo tanto no estamos viendo nada.  Conocer a mi hermano como me conozco a mi mismo implica que me conozco a mi mismo como el Ser Inocente, Hijo de Dios, perfecto y amado.    

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