1. ¿Crees
realmente que puedes fabricar una voz que pueda ahogar a la de Dios? 2¿Crees
realmente que puedes inventar un sistema de pensamiento que te pueda separar
de Él? 3¿Crees realmente
que puedes encargarte de tu seguridad y de tu dicha mejor que Él? 4No tienes que ser ni
cuidadoso ni descuidado, necesitas simplemente echar sobre Sus Hombros toda
angustia, pues Él cuida de ti. 5Él cuida de ti porque te ama. 6Su Voz te recuerda continuamente que tienes motivos
para sentirte esperanzado debido a que estás a Su cuidado. 7No puedes elegir excluirte
de Su cuidado porque ésa no es Su Voluntad, pero puedes elegir aceptar Su
cuidado y usar el poder infinito de éste en beneficio de todos los que Él creó
mediante él.
El asunto de la fe es que tenemos fe en Dios y en su cuidado hasta que las apariencias nos dicen que estamos solos. Y usualmente sucede que, cuando estamos con alguna situación que nos angustia, y ponemos la fe en Dios, el ego viene y nos cuenta todas las historias de terror habidas y por haber y nos mueve a que pensemos que estamos solos en el asunto. No podemos elegir no estar bajo el cuidado amoroso de Dios, pero podemos elegir no percibir que estamos siendo protegidos y tener terror por ésto.
2. Han sido muchos los sanadores
que no se curaron a sí mismos. 2No movieron montañas con su fe
porque su fe no era absoluta. 3Algunos
de ellos ocasionalmente curaron enfermos, mas no resucitaron a ningún muerto. 4A menos que el sanador se
cure a sí mismo, no podrá creer que no hay grados
de dificultad en los milagros. 5No habrá aprendido que toda mente
que Dios haya creado es igualmente digna de ser sanada porque El la creó íntegra. 6Se
te pide simplemente que le devuelvas a Dios tu mente tal como Él la creó. 7Dios te pide únicamente lo
que Él te dio, sabiendo que mediante esa entrega sanarás. 8La cordura no es otra cosa que plenitud, y la cordura
de tus hermanos es también la tuya.
La forma de saber que creo es si me he sanado a mi misma. No puedo tener áreas no sanadas porque la sanación es íntegra. En el tanto vea "áreas" significará que no he sanado porque la Paz de Dios es total. No se divide. La división, el análisis que parte en mas y mas pedazos la realidad es una de las marcas registradas del ego.
3. ¿Por qué prestarle atención a
las continuas y dementes exigencias que crees que se te hacen, cuando puedes
saber que la Voz que habla por Dios se encuentra en ti? 2Dios te
encomendó Su Espíritu, y te pide que tú le encomiendes el tuyo. 3Su Voluntad dispone que éste
permanezca en perfecta paz porque tú eres de una misma mente y de un mismo
espíritu con El. 4El
último recurso desesperado del ego en defensa de su propia existencia es
excluirte de la Expiación. 5Ello refleja a la vez la necesidad del
ego de mantenerse separado, y el hecho de que tú estás dispuesto a ponerte de
parte de la separación por la que él aboga. 6El hecho de que estés
dispuesto a ello significa que no quieres sanar.
El ego me excluye de la expiación. Recordemos que la expiación es el reconocimiento de mi completa inocencia. El ego es la voz que me dice permanentemente que soy culpable y por ende tengo que estar separada de Dios, porque Dios no me quiere.
4. Pero ha llegado el momento. 2No
se te ha pedido que elabores el plan de la salvación porque, como ya te dije
anteriormente, el remedio no pudo haber sido obra tuya. 3Dios Mismo te dio la Corrección perfecta para todo lo
que has inventado que no esté de acuerdo con Su santa Voluntad. 4Te estoy haciendo perfectamente
explícito Su plan, y te diré también cuál es tu papel en él y cuán urgente es
que lo lleves a cabo. 5Dios se lamenta ante el
"sacrificio" de Sus Hijos que creen que Él se olvidó de ellos.
5. Siempre que no te sientes
completamente dichoso es porque has reaccionado sin amor ante una de las
creaciones de Dios. 2Al
percibir eso como un pecado te pones a
la defensiva porque prevés un ataque. 3Tú
eres el que toma la decisión de reaccionar de esa manera, y, por lo
tanto, la puedes revocar. 4No
puedes revocarla arrepintiéndote en el sentido usual de la palabra porque eso
implicaría culpabilidad. 5Si sucumbes al sentimiento de culpabilidad,
reforzarás el error en vez de permitir que sea des-hecho.
Tomar la decisión de separarte porque he pecado, es un error. En el momento en el que le añado culpa me separo aún mas, porque al error de separación le añado el error de la culpa por haberme pensado separada.
6. Tomar esta decisión no puede
ser algo difícil. 2Esto es obvio, si te percatas de que si
no te sientes completamente dichoso es porque tú mismo así lo has decidido. 3Por lo tanto, el primer paso
en el proceso de des-hacimiento es reconocer que decidiste equivocadamente a
sabiendas, pero que con igual empeño puedes decidir de otra manera. 4Sé muy firme contigo mismo
con respecto a esto, y mantente plenamente consciente de que el proceso de des-hacimiento,
que no procede de ti, se encuentra no obstante en ti porque Dios lo puso ahí. 5Tu
papel consiste simplemente en hacer que tu pensamiento retorne al punto en que
se cometió el error, y en entregárselo allí a la Expiación en paz. 6Repite para tus adentros lo
que sigue a continuación tan sinceramente como puedas, recordando que el
Espíritu Santo responderá de lleno a tu más leve invitación:
7Debo
haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
8Yo
mismo tomé esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
9Quiero
tomar otra decisión porque deseo estar en paz.
10No me siento culpable porque el Espíritu Santo, si se lo permito anulará todas las consecuencias de mi
decisión equivocada.
11Elijo permitírselo, al dejar
que Él decida en favor de Dios por mí.
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