Desde los cuatro años en adelante, mi vida se vio marcada por ésa creencia.
Mis padres nunca se dieron cuenta de lo que me sucedió. Creo que mis hermanos tampoco.
Creo que nadie de mi familia supo nada. Excepto yo.
Yo misma elegí no darme cuenta y por décadas y décadas lo sepulté en mi inconsciente.
Fue un odio terrible y un rencor aterrorizante lo que lo sacó a flote. El dolor fue insoportable por algunos meses cuando por fin el asunto salió a la luz.
Pero no quiero hablar del abuso sexual en sí. Pues este como tal no importa ya.
Lo trascendente y lo que quiero sacar es la reacción que me causó el abuso.
En alguna parte de mi psique al ser abusada sexualmente me sentí culpable y al sentirme culpable me aparté de mi familia. Me fabrique una familia que no me quería.
Me fabriqué una familia que me rechazaba.
Comencé a percibir con gran dolor que mi familia me rechazaba. Que me había rechazado desde antes de nacer. Comencé a ver, escuchar y sentir que mis hermanos me despreciaban y mis padres me ignoraban... Y ahí comenzó la gran odisea de mi vida para retornar al Amor.
No recuerdo una día de mi infancia en que no me sintiera inadecuada y fuera de mi ambiente.
Desde la escuela comencé a sentar diferencias entre "ellos" y yo.
Ellos eran buenos estudiantes, yo no.
Ellos se portaban bien, yo no.
Ellos obedecían, yo no.
Ellos eran blancos y bonitos, yo no.
Ellos, ellos, ellos...
Ellos estaban bien, eran inocentes, eran buenos... Yo estaba mal, era culpable, era de mala calidad.
Al escribir ésto el dolor aún está ahí. A pesar de saber con certeza que es mentira. Que todo esos auto ataques eran MENTIRA.
Y sin embargo me duelen, porque proyecté mi inmensa culpa y el terror que me producía.
Simpáticamente no puedo pensar en este capítulo de mi vida sin culpa.
Si quito la culpa... sé, con certeza que voy a hallar el Amor.
Y teóricamente me resulta tan fácil verlo!
A lo largo de mi vida he visto fotos viejas y me sorprende lo bonita que era. Siempre me creí fea.
Cuando me veo, sin embargo sin el lente de la culpa, me doy cuenta de que siempre fui bonita... Así es la culpa. Te hace percibir lo que no es real. Mi realidad era que era tremendamente bonita. No lo podía ver, porque me sentía fea y por lo tanto me percibía fea.
Ahora, en este viaje de retorno a Dios, al Amor, tengo que incluirme en el paraíso del que me excluí, por voluntad propia... Nadie me excluyó. Nadie me hizo nada... Todo me lo hice yo a mi misma basada en la idea de que soy culpable.
Tengo que volver a ver mi pasado y cambiarlo, verlo como en realidad fue para darme cuenta de que nunca hubo rechazo, nunca hubo desprecio, ni nada parecido. Fui una niña profundamente amada.
¡Pero profundamente amada!
Mis padres me amaron profundamente y mis hermanos, estoy segura, también... No lo puedo ver con claridad, algún resabio de culpa estará impidiéndolo.
Pero tengo que creerlo. El Amor me ha envuelto desde el primer día.
Yo fui la que opté por separarme de Él. Yo fui la que opté por verme culpable y sentirme afuera de todo.
Yo fui la que opté por verme diferente, rara, oveja negra, rebelde, mala.
Esos adjetivos se convirtieron en trofeos... Era mi forma de burlarme de ellos. Mi forma de sentirme superior a ellos.
Así como me siento superior a Dios porque voy a morir y no hay nada que podás hacer para evitarlo.
La misma venganza contra mis padres y mi sociedad, que me motivó a tratar de suicidarme es la que llevo a cabo con Dios, todos los días cuando vivo en miedo...
Un "¡Apuesto a que no podés salvarme de la muerte!... Inútil!?" tan lleno de ira que me estremezco!
No podés salvarme, no podés ayudarme, no podés amarme!
He estado tan furiosa con olga que le he tirado éso a todo el que me rodea... Sentirme rechazada fue mi premio de superioridad. ¡Alguna parte de mi se siente superior porque puedo ser infeliz y Dios no puede evitarlo! ¡Impresionante!
Y ahora... tengo que abrir los ojos a la verdad. A LA Verdad.
La Verdad es que Dios no me va a salvar de mi muerte... Porque en la mente, en la conciencia, la muerte no es real. No existe. No es una posibilidad. Se ve, de repente un cambio de escenarios... lo que mi enfermo ego quiere que sea... Pero no es una posibilidad. Dios ya se saltó ése reto... con una sonrisa amable además.
Dios no me salva de una muerte que no existe... porque la muerte nunca existió.
Dios no me puede salvar de ser una oveja negra, una malvada, o una traidora despreciable... Porque nunca lo he sido. Yo me vi así y lo proyecté para pensar que todo el mundo piensa éso de mi.
Locura tras locura. No es cierto.
Es mi percepción la única que lo ve así. Mi percepción me engaña. Mis sentidos me engañan a través de mis creencias.
NUNCA fui malvada, ni oveja negra, ni rebelde, ni despreciable ni un carajo!
Yo me vi así y lo lancé hacia afuera.
Necesité además de ser abusada para justificar ésa creencia.
Necesité luego sacar malas notas para justificar ésa creencia
Necesité ser rebelde para justificar ésa creencia.
Necesité ser depresiva, promiscua, estar en drogas, hacer de todo tipo de actos que justificaran que si, soy horrible, malvada, despreciable.
Necesité hacer de todo tipo de tormentas en mi vida para atestiguar que tenía razón y que soy, al final culpable de todo.
Pero no es cierto...
Según la Biblia sólo el Hijo tiene el poder de juzgar. Y yo me juzgué culpable y me condené.
Sin embargo, Espíritu viene... y me dice, con un abrazo y una sonrisa...
"¿Dónde están tus acusadores?"
Nadie me acusa. Nadie me condena. Nadie me castiga. Sólo yo.
Y que juez terrible he sido. ¡Y soy!
Si me viera en una película me veo, como Cristo. Simpáticamente igual... Vapuleada, golpeada, azotada, repleta de sangre y moretones... amarrada... Lista para la crucifixión.
Una crucifixión mas. Después de miles.
Siempre resucito, y siempre me vuelvo a crucificar.
¿Podríamos cambiar el guión para variar, por favor?
¿Podría verme liberada de ésta cadena de pasados equivocados que no existen en ninguna parte mas que en mi mente?
¿Podría darme cuenta de que en éste presente no hay cadenas, ni culpabilización, ni nada que me atrape?
¿Podría verla mi Verdad por favor?
¿Podría ver mi inocencia total, por favor?
¡Espíritu!
¿Enseñame a elegir ésta vez a favor de Dios por favor!
Por favor mostrame la única Verdad que es mi absoluta Inocencia. Que nunca cambió, que nunca fue tocada.
Yo soy la única que me he culpado, condenado, castigado, y crucificado todas las veces.
Por favor! ¡Enseñame mi inocencia!
Elijo ver sólo el Presente. Soy Inocente porque soy exactamente como Dios me creo.
Éso no ha cambiado nada.
Yo elegí colgarme un poco de basura... pero no lo hice en realidad... Fueron ideas nada mas. Nada real.
Fue como un sueño... y puedo elegir olvidar ése terror y reírme de él.
Vivo en Dios.
Dios nunca me separó de Él.
Dios nunca me vió como una oveja negra, ni como una traidora despreciable, ni como una malvada.
Dios sólo ve mi Verdad. Mi Inocencia, mi sonrisa, mi Amor.
El ve mi realidad... a diferencia de mi misma.
La única realidad posible es que soy profundamente amada. Nada mas.
No existe nada mas... todo lo que sucede en mi vida, en éste sueño perceptual sucede porque soy profundamente amada.
Elijo ver de forma distinta, y basada en el miedo no me gusta lo que me sucede... pero Dios tiene otra idea y todo lo que me sucede es para mi Mejor Bien, para mi Paz. Para mi Felicidad.
He de confiar en mi Verdad.
MI Verdad es ésa. Soy amada. Y todo lo atestigua.
Elijo verlo. Elijo ver al Amor, Elijo el Amor en mi para percibirlo Todo.
¡Gracias por la Visión Espíritu! Gracias por el Amor que soy.
Hago un cambio hoy, en la hermosa oración de San Francisco...
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde veo odio, que vea yo el Amor.
Donde vea ofensa, que vea yo el Perdón.
Donde vea discordia, que vea yo la Unión.
Donde vea duda, que vea yo la Fe.
Donde vea error, que vea yo la Verdad.
Donde vea desesperación, que vea yo la Alegría.
Donde veaa tinieblas, que vea yo la Luz.
Donde veo odio, que vea yo el Amor.
Donde vea ofensa, que vea yo el Perdón.
Donde vea discordia, que vea yo la Unión.
Donde vea duda, que vea yo la Fe.
Donde vea error, que vea yo la Verdad.
Donde vea desesperación, que vea yo la Alegría.
Donde veaa tinieblas, que vea yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no vea mas que consuelo, comprensión y Amor;
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Y reconociendo el Amor, que se resucita a la
Vida Eterna.
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Y reconociendo el Amor, que se resucita a la
Vida Eterna.
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