Hay momentos en mi vida, que me olvido de Dios.

He escrito y he dicho hasta el cansancio que Dios no es para mi un ser... Si no El Espíritu inefable que vive en todo. Que está en todo... que es Todo.

Y me olvido de Él a veces.
Me meto en la vida de éste pequeño ser a quién llaman Olga... y se me olvida Quién Soy en realidad.
Se me olvida mi identidad eterna e inefable. Se me olvida Quién me hizo y Quién me trajo.
Se me olvida de Qué soy arte y parte.

De repente cobran importancia asuntos míseros como las cuentas por pagar, la basura que no se ha sacado, la maña insoportable de mis gatos de hacerse en cualquier parte. Me toman la limpieza y la comida, las campanadas de la catedral, los gritos de los pericos en el parque cercano... Y se me olvida ponerme de rodillas ante la Grandeza y dejarla respirar en mis pulmones.

Y en un momento súbito me doy cuenta.
Estoy desconectada.
Olvidé a Dios.
Y el miedo tomó su lugar.

Porque es así de sencillo... Sólo existen dos sensaciones...  o estoy en Dios... o estoy en miedo.
No hay nada intermedio.

El ser que ha sanado no planea... Le deja todo al Espíritu porque sabe que todo siempre es para bien. El Pensamiento de Dios me protege, me cuida, allana mi camino... La Voluntad de Dios no se opone a nada... Simplemente Es.  No puede quitarme el miedo ni oponerse a él porque mi miedo es una sensación irreal, basada en irrealidades.
El Amor Es. La Presencia Es. la Voluntad Es.

Me dejo tomar por el miedo... Sin embargo el Espíritu es tan fenomenal que me pasa...como un forro en un examen las palabras que lo desarticulan todo "Eso no es cierto".
Nada mas.
Le puedo decir a mis demonios de futuros y pasados... "Eso no es cierto"...
"Eso no es cierto" como un mantra, como un antídoto, como la Verdad que enciende la luz y convierte a los fantasmas en cosas sin importancia.

"Eso no es cierto". Punto.

Gracias Dios.